http://www.rickycorreo.com Por la calle de Alcalá con la falda almidoná y los nardos apoyaos a la cadera. La florista viene y va y sonrie descará por la acera de la calle de Alcalá. Y el buen mozo que la ve, va y le dice venga usted a ponerme en la solapa lo que quiera. Que la flor que usted me dá, con envidia la verá todo el mundo por la calle de Alcalá. Lleve usted nardos, caballero, si es que quiere a una mujer. Nardos no cuestan dinero y son lo primero para convencer. Llévelos y si se decide, no me moveré de aquí. Luego si alguien se los pide, nunca se le olvide que yo se los dí. Lleve usted nardos, caballero, si es que quiere a una mujer. Nardos no cuestan dinero y son lo primero para convencer. Y el buen mozo que la ve, va y le dice venga usted a ponerme en la solapa lo que quiera. Que la flor que usted me dá, con envidia la verá todo el mundo por la calle de Alcalá. Lleve usted nardos, caballero, si es que quiere a una mujer. Nardos no cuestan dinero y son lo primero para convencer. Llévelos y si se decide, no me moveré de aquí. Luego si alguien se los pide, nunca se le olvide que yo se los dí. Lleve usted nardos, caballero, si es que quiere a una mujer. Nardos no cuestan dinero y son lo primero para convencer.